Si mal no recuerdo, decía el profesor Christophe Dejours que este miedo se presenta cuando hay una distancia entre la existencia de un riesgo y la ignorancia sobre la naturaleza de ese riesgo. Sólo puede combatirse por la vía del saber profesional, un saber que permite crear formas de protección o de defensa contra ese miedo. Sin ese saber, el miedo es mayor y también el riesgo de desequilibrio psíquico. ¿Qué características tienen esos sistemas de
protección o "ideologías defensivas" contra el miedo en el trabajo? Son colectivas y obligatorias (y selectivas, ya que ayudan a excluir y rechazar al que no las asume), son"útiles" para la producción, reemplazan los mecanismos individuales de protección contra el miedo: conllevan bromas, juegos e ironías en torno al peligro, incluso suponen demostraciones insólitas de valentía -frecuentemente "varoniles"-, usos temerarios y desdramatizadores del utillaje peligroso (para calentar, cortar, etc...), en las fábricas, pero no sólo en ellas: en El desgaste mental en el trabajo, -libro que aparecerá editado por MODUS LABORANDI en marzo de 2008-, el profesor Dejours hablará también de las formas neuróticas que toman las defensas contra el miedo, como las de los pilotos de caza, de los que se espera temeridad y agresividad y, al mismo tiempo, un comportamiento racional con una fuerte componente científico-técnica.Resulta evidente que se trata de un asunto de la mayor importancia y complejidad: ciertas formas fracasadas de estas ideologías de protección se encuentran en el mismo escenario de muchos accidentes de trabajo. No estaría de más que nuestra ergonomía y psicosociología comiencen a explorar nuevos territorios preventivos.
¡Ah! lo que nuestro miembro de la brigada contra-incendios quería seguramente decir es que no se puede trabajar sin recusos o medios de protección contra el miedo, o al menos eso es lo que creo.
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