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lunes

La república christoliana de la Grande Rue Nazareth

En estos días de este extraño -por atemperado- verano, mis recuerdos me llevan al número 24 de la Grande Rue Nazareth de Toulouse, un día como hoy de hace 15 años... En aquel tiempo, Jacques Christol puso en marcha el mayor despacho profesional de ergónomos que ha existido en Europa. Una veintena de profesionales, asistidos por secretarias y documentalistas viajaba por toda Francia para trabajar -siempre sobre el terreno- en los más diversos proyectos para las más grandes multinacionales francesas.
Entre estos profesionales, Thierry Roger -quien después sería responsable de dirigir un equipo de 50 ergónomos para PSA Peugeot- trabajaba en Altos Hornos, Bernard Michez siempre con el combustible nuclear, Pasdeloup sumergido en la supervisión de redes de telecomunicaciones para France Télécom, Mado (Madeleine Mas) en los puentes-grúa de la gran Sollac de Marsella, Franck Roumier y el que les escribe, en un pueblo perdido de Normandía apestando a queroseno junto a las laminadoras de aluminio de Rhénalu (de Franck y de esta aventura en Rugles hablaré uno de estos días).
Quien haya intentado poner en marcha una iniciativa como la que les describo entenderán la importancia y la grandeza de Jacques Christol, miembro de honor de la SELF. Este maestro de ergónomos no sólo hizo posible la intervención de la ergonomía en grandes proyectos industriales sino que credibilizó el oficio ante las direcciones de ingeniería de proyecto; también facilitó el que los ergónomos podamos demandar hoy honorarios acordes con el nivel de complejidad y exigencia de nuestro trabajo. Todos los grandes de la profesión admiran a este nieto de agricultores de Ouveillan.
Sin embargo su principal virtud fue y es humana: generoso y seductor, extremadamente sutil en sus relaciones con los clientes, elegante es la estrategia de interacción en los grupos de proyecto. Su impronta, su estilo, ha dejado una marca indeleble en todos los que hemos estado a su lado.
De raza les viene a los galgos: Jean Christol dirige la editorial fundada por su padre, Octarès.Por último, para los que quieran conocer un poco más la República Christoliana de la Grande Rue Nazareth pueden hojear un artículo que escribí junto a Jacques en el Boletín de FFHH.

viernes

Busque y compare, pero... ¿cómo?

Pobres clientes, o pobre ergonomía, todo ello según se mire. Nunca hubo un marco legal que promoviera tanto nuestra práctica profesional, nunca hubo tantas empresas interesadas por nuestros servicios, nunca hubo tantos ergónomos en España...
Sin embargo el horizonte es abracadabrante: se llama proyecto, intervención o estudio ergonómico a casi cualquier cosa que dice hacer una persona que pertenece a una Mutua, Sociedad de Prevención, Organismo Universitario, Ente Público o Empresa. La heterogeneidad (o mejor el batiburrillo) es tal que los pobres clientes no saben lo que contratan ni su duración, ni su metodología, tampoco disponen de garantías mínimas sobre los resultados. Unos proponen una presencia exhaustiva sobre el terreno, otros no lo consideran necesario (ir al terreno es tedioso y normalmente, sucio), algunos sólo trabajan por teléfono y, según mis informaciones, ciertos universitarios aplican el modelo IKEA de práctica profesional: venga aquí, se lo explicamos (o se le vendemos en unos apuntes) y luego usted se lo monta en casa. Y lo que es peor, los precios: salvo en la de cantante o torero, no creo que exista ninguna profesión con mayores diferencias en los honorarios profesionales; hoy es posible que un mismo problema pueda ser multiplicado o dividido por 10 sin que el cliente tenga posibilidad alguna de evaluar estas diferencias. Esto es debido a la falta de escrúpulos de no pocos oportunistas, también a la competencia desleal que llevan a cabo, sin ningún miramiento, ciertos profesionales de lo público que desde sus despachos "sólo" repercuten en sus tarifas lo que buenamente consideran necesario ganar él y sus becarios (no es cosa suya el coste de la formación de los más jóvenes, el pago de salarios, la adquisición y mantenimiento de los equipos informáticos, el alquiler de las oficinas o el pago de la factura del teléfono).
Esto tiene muy mal aspecto y consideramos necesaria algún tipo de acción reguladora por parte de las Administraciones.
Mientras tanto, recomendamos a nuestros amables clientes que sigan las directrices dadas en los bancos documentales de las mejores instituciones europeas, como el INRS: