En estos días en los que los periódicos se llenan de reportajes sobre las dificultades para desenchufar en vacaciones (tantos como los que dan todo tipo de recomendaciones para sobrellevar mejor el regreso) nuestro equipo termina de escribir sus últimos informes y hace sus últimas llamadas antes de marcharse de vacaciones...
Acabamos de finalizar un trabajo que nos llena de satisfacción, puesto que integra la mayoría de los aspectos organizativos, informáticos, medioambientales y espaciales en los que se desarrolla la actividad humana.
Hemos llegado a una conclusión que, como dicen nuestros colegas franceses, no es evidente: la más compleja de las transformaciones técnicas es infinítamente más sencilla que el más pequeño cambio organizativo. Con todas las dificultades que conlleva el ciclo de especificación, desarrollo, prueba, validación e implantación de un sistema informático, el cambio en el ámbito de las atribuciones y competencias, la redefinición de procesos en los que están implicadas personas que tienen intereses y experiencias distintas, la negociación y reconsideración del papel de los distintos actores de una situación de trabajo es un proceso complejísimo.
Esto explica que no pocos cambios en las situaciones de trabajo intenten llevarse a cabo a partir del cambio de dispositivos técnicos, de aplicaciones informáticas que "obligan" a trabajar de otra manera... Sin duda alguna, los cambios organizativos que así se abordan suelen dar un balance decepcionante: conflicto, infrautilización de los sistemas, cambios "en falso" en la formas de interacción de las personas.
Conocimiento profundo de la situaciones de trabajo, prudencia, capacidad para escuchar, cambios soportados en grupos de proyecto que avalan decisiones y que vehiculan cambios aceptados, comprendidos... esa es la única manera de formentar el tránsito hacia nuevas formas de organización.
Vacaciones, bienvenidas, bendito Proust, bendita pereza..
Acabamos de finalizar un trabajo que nos llena de satisfacción, puesto que integra la mayoría de los aspectos organizativos, informáticos, medioambientales y espaciales en los que se desarrolla la actividad humana.
Hemos llegado a una conclusión que, como dicen nuestros colegas franceses, no es evidente: la más compleja de las transformaciones técnicas es infinítamente más sencilla que el más pequeño cambio organizativo. Con todas las dificultades que conlleva el ciclo de especificación, desarrollo, prueba, validación e implantación de un sistema informático, el cambio en el ámbito de las atribuciones y competencias, la redefinición de procesos en los que están implicadas personas que tienen intereses y experiencias distintas, la negociación y reconsideración del papel de los distintos actores de una situación de trabajo es un proceso complejísimo.
Esto explica que no pocos cambios en las situaciones de trabajo intenten llevarse a cabo a partir del cambio de dispositivos técnicos, de aplicaciones informáticas que "obligan" a trabajar de otra manera... Sin duda alguna, los cambios organizativos que así se abordan suelen dar un balance decepcionante: conflicto, infrautilización de los sistemas, cambios "en falso" en la formas de interacción de las personas.
Conocimiento profundo de la situaciones de trabajo, prudencia, capacidad para escuchar, cambios soportados en grupos de proyecto que avalan decisiones y que vehiculan cambios aceptados, comprendidos... esa es la única manera de formentar el tránsito hacia nuevas formas de organización.
Vacaciones, bienvenidas, bendito Proust, bendita pereza..
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