lunes

¿Hacia dónde se dirige la interacción hombre-máquina? (III)

[Viene de ¿Hacia dónde se dirige la interacción hombre-máquina? (II)]

El segundo problema que propongo abordar es el siguiente: ¿garantiza el IHM que el operador va a mantener el saber necesario para operar en todas las circunstancias el sistema de control?
Los procesos controlados, sean físico-químicos o médico-quirúrgicos, afecten bien a la producción de energía o a la supervisión de una red de transporte o un aeropuerto, son cada vez más estables y, afortunadamente, fiables. Podría decirse que los incidentes o accidentes severos son más graves pero más infrecuentes. Esto se debe, en parte, a que los operadores humanos que interactúan con los sistemas que gobiernan estos procesos lo hacen de forma razonablemente buena en situación normal (siempre que su formación y capacitación haya sido la adecuada, lo que no es siempre el caso). En cambio, no se puede decir lo mismo de la forma de operarlos cuando se producen perturbaciones o derivas, ya que deben diagnosticar e interactuar con parámetros que se usan con poca frecuencia.
Cada vez es más difícil aprender y enseñar a utilizar todas las posibilidades que ofrecen los sistemas avanzados de control, tanto como seleccionar a los operadores más adecuados para operar el sistema en todas sus posibles situaciones o configuraciones. Desgraciadamente, si la formación no es la adecuada y la selección de los operadores no garantiza ciertos conocimientos profundos de las variables que afectan al proceso, el IHM no solventará estas carencias. Pero incluso si se dispone de los mejores operadores, los más expertos y los mejores formados, éstos tenderán a olvidar lo que no usan con frecuencia. Esto no quiere decir que esté completamente olvidado, sino que el conocimiento no estará disponible tan rápido como lo exige el proceso para evitar una caída del sistema, un incidente o un accidente

Chernobyl

Segunda tendencia: aparición de HMIs de simulación, documentación off-line y on-line, dispositivos pedagógicos de aprendizaje y mantenimiento del saber. 

Es bien sabido que los antiguos sistemas de control, que operaban procesos o instalaciones menos complejas o sofisticadas, presentaban incidencias frecuentes que enseñaban y entrenaban a los operadores. Y esto ha cambiado mucho.

No es este el lugar para abordar la problemática de enseñanza y entrenamiento de los operadores de los sistemas de control (un gran tema, como ya he indicado), pero sí podemos decir que las interfaces actuales tienden a incluir sistemas de ayuda inteligentes, que pueden detectar una operación incorrecta recurrente y ofrecer informaciones o pistas que orienten al operador hacia una práctica más adaptada a los objetivos que persigue. 
Los sistemas deben tratar a sus operadores como clientes, en el sentido de que deben ayudarle a optimizar el uso de los dispositivos, ofrecerles medios para mejorar su conocimiento de operación y mantenerles informados de las novedades funcionales. Ya no es extraño que ciertas compañías ofrezcan newletters dirigidas personalmente a los operadores de su cliente, en las que se encamina hacia páginas web donde pueden encontrarse recursos pedagógicos para sacar el mejor partido del sistema, como textos y videos con ejemplos prácticos de operación, atajos, consejos, análisis de experiencias operativas o de uso.

En esta misma línea, en ciertos sectores se han hecho grandes avances para desarrollar sistemas capaces de operar un proceso, una red o una instalación y, en paralelo, ofrecer sistemas de simulación realistas que, en un escenario adecuado, faciliten el aprendizaje y el entrenamiento necesarios para garantizar una operación eficiente y segura.

Unidad de Control de Sector (UCS), posición de simulación del Sistema SACTA Aena-Indra, 
construida con requisitos de ergonomía y FFHH preparados por Ergotec

[continúa en ¿Hacia dónde se dirige la interacción hombre-máquina? (IV)]

No hay comentarios: