Junto con la verbalización, la herramienta de recogida de datos por excelencia en ergonomía es la observación.
Aunque esto pueda escandalizar a algunos, gran parte de los datos necesarios para comprender y especificar cambios en una situación de trabajo no requiren de un aparataje espectacular, ya que se obtienen sólo por la observación y el diálogo (lógicamente si se existen hipótesis previas y se sabe interpretar lo observado para cruzarlo con los conocimientos científicos existentes sobre el comportamiento humano).
Por otro lado, es difícil aprender a observar y, sobre todo, es difícil aprender a hacerlo sin perturbar el normal desarrollo de la situación observada. Al mismo tiempo, tampoco es fácil comprender el sentido de lo observado mediante el diálogo ¿cuándo y cómo preguntar sobre las intenciones del que actúa? En muchos casos bastará con escuchar, esa situación de "verbalización espontánea" que todos los praticien de terreno tanto valoramos.
Sin embargo, en otras circunstancias será necesario realizar observaciones sistemáticas con utillaje especializado (decorticando la accion en "fragmentos", en observables precodificados), por ejemplo con la ayuda de Actogram y Actopalm, probablemente la herramienta más adaptada para la recogida de datos, su tratamiento y análisis en ergonomía.
Desarrolladas por Alain Kerguelen y comercializadas por Octarès, estas herramientas permiten recoger hechos observables con una PDA Palm dotada de Actopalm. Los ficheros son transferidos a un PC que tenga instalado Actogram y, a partir de los mismos, se pueden realizar tratamientos estadísticos, cronológicos, análisis de simultaneidades, de encadenamientos...
En cualquier caso, nada hay más inútil que observar sin saber lo que se busca, y en esta situación ni siquiera el más exhautivo y preciso de los actogramas puede decir gran cosa...