Pido disculpas a todos aquellos que lo que van a leer a continuación les parece una obviedad.
Es frecuente que, en los departamentos de prevención de riesgos laborales, se reduzca el "riesgo ergonómico" a todo aquello que puede provocar molestias o lesiones osteo-articulares, trastornos músculo-esqueléticos, daños dorsales. El principal objetivo del ergónomo es anticipar y ayudar a evitar dichos riesgos en los procesos de concepción y transformación; para abordar los más importantes no es necesario saber mucha ergonomía, basta con echar mano de las recomendaciones más elementales para la concepción de los puestos de trabajo, de ciertas normas, de algunas precauciones organizativas y tecnológicas.
Sin embargo, ¿es necesario formar e informar a los trabajadores en este tipo de riesgos? La pregunta tiene una respuesta obvia: sí. Pero, ¿qué tipo de formación e información es necesario impartir o transmitir, qué objetivos se deben perseguir, cómo evaluar los resultados de esta formación?. Normalmente estos conocimientos se "empaquetan" en cursos sobre manipulación manual de cargas, datos sobre riesgo postural...Creo sin embargo que no es fácil que los trabajadores establezcan con claridad la relación entre las formaciones genéricas, tipo manipulación de una caja ("con una leve inclinación de las rodillas, etc...") y su verdadero trabajo, con su utillaje, con sus exigencias y presiones temporales, en su entorno físico real.
Para formar en riesgo biomecánico es determinante que el formador sea un gran conocedor del trabajo que realizan las personas objeto de esta formación. Que se les indiquen los puntos críticos de su actividad, cómo ciertas posturas sin esfuerzo pueden ser dañinas, como ciertos esfuerzos que realizan no tienen porqué provocar lesiones. En definitiva, es necesario analizar el trabajo antes de formar, para adoptar criterios pedagógicos adaptados, ejemplos reales, conocimientos que directa o indirectamente tienen una fuerte relación con la fisiología de ese trabajo: por ejemplo, es infrecuente que en estas formaciones se aborde la relación entre trabajo muscular, actividad cardiaca y medioambiente térmico de trabajo...
En conclusión, sólo hay una posibilidad cierta de prevención individual del riesgo biomecánico si el trabajador percibe como propio ese riesgo y ese debe ser el objetivo prioritario de los conocimientos transmitidos. Una vez conseguido esto, se puede ayudar al operador a desarrollar estrategias defensivas o preventivas contra dicho riesgo. Esa es al menos la experiencia del equipo de ergónomos de Ergotec.
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