El título del ultimísimo libro de Charles Perrow The Next Catastrophe. Reducing Our Vulnerabilities to Natural, Industrial and Terrorist Disasters (Princeton University Prees) no puede ser más atractivo.
Desde su clásico Normal Accidents, Perrow no había vuelto a insistir en su conocida tesis sobre el "precio" de la evolución tecnológica, a saber, la tremenda complejidad asociada a nuestros sistemas de producción de energía -particularmente el nuclear y la petroquímica-, de transporte o de defensa, conlleva la aparición cierta del fallo, del accidente y de la catástrofe.
Los elementos de protección tecnológica u organizativa, la formación y el entrenamiento de los operadores de estos sistemas, no es suficiente porque, paradójicamente, esto añade nuevas formas de complejidad. De este modo, era previsible -y coherente- que la tesis de The New Catastrophe girara en torno a una idea, -influida sin duda alguna por el September 11 y el Hurricane Katrina-: para reducir las causas naturales, organizativas o deliberadas de los desastres se debe reducir la talla, el nivel de concentración y la complejidad de las infraestructuras de energía, de las industrias químicas, etc... La simplicidad aparente de la tesis -que puede compartirse o no- no quita una pizca de interés a la lectura de este libro, sólido y de muy agradable lectura. El que les escribe es más partidario de otra mirada sobre la seguridad de los sistemas, la conocida como seguridad ecológica, de la que hablaré uno de estos días.
Desde el punto de vista de la seguridad operacional, pueden leerse otros argumentos técnicos y científicos distintos a los de Perrow en el libro de Hollnagel, Woods y Leveson Resilience Engineering. Concepts and Precepts (Ashgate).
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